El tren de la vida
LA ASOCIACIÓN AGRUNORTE EXHIBE MAQUETAS FERROVIARIAS EN 750 METROS CUADRADOS QUE ATRAEN A TODAS LAS GENERACIONES
UN REPORTAJE DE YAIZA POZO - Viernes, 29 de Diciembre de 2017 - Actualizado a las 06:09
La exposición incluye la maqueta de un tren que, a pesar de su tamaño, puede transportar a mayores y pequeños que disfrutan de la atracción. (Pablo Viñas)
MADERA, cartón, cables, alambres, vías... todo lo necesario para recrear paisajes de ensueño. Y qué mejor medio de transporte que un tren para viajar y reunir a distintas generaciones, aunque sea a tamaño mini. La asociación Agrunorte ha transformado el espacio Yimby de la calle Ercilla en una gran maqueta ferroviaria que ocupa 750 metros cuadrados de superficie, la más grande que ha creado hasta la fecha.
Todo ello para recaudar fondos a favor del proyecto de apoyo socio-escolar de la unidad pastoral de Indautxu y Cáritas. Como novedad, este año incorporan un tren de cinco pulgadas de la Asociación de Amigos del Ferrocarril donde hijos y padres pueden disfrutarlo montando encima. Javier García, presidente de la asociación, y un amigo, nacieron como ferroviarios en miniatura en Castro Urdiales. Comenzaron tomando fotografías de trenes en Cantabria y zonas de alrededor para luego plasmarlas es sus maquetas que han ido elaborando en gran parte con materiales reciclados. Desde entonces, el proyecto que iniciaron ha aumentado hasta sumar una veintena de enamorados del tren. “Hemos crecido en número de personas, maquetas y también en exposiciones, siempre con un carácter benéfico” indica García.
El pequeño gran tren que recorre la exposición es el que más miradas atrae. Aitas y txikis, disfrutan dando vueltas, un momento en familia que a los más mayores lleva a viajar a su infancia. “Me he montado con mi padre y ha sido genial. Es lo que más me ha gustado de todo porque puedes sentir como se mueve de verdad”, añade Jon, un niño de seis años mientras confiesa tener ganas de volver a montarse.
Adriana, acompañada de su madre y su hermana pequeña, reconocía que “lo que más me gusta es los vagones porque hay algunos que son de colores y también lo largos que son”.
Es la cuarta edición de esta muestra y muchos repiten. “Hay abuelos que han venido todos los años con un nieto diferente. Comentan que es por el nieto pero al final le dices: ¿quién es el que más quiere venir? ¿Tú o el nieto?”, dice García entre risas.
En la muestra más pequeña celebrada el año pasado se recaudaron más de 2.300 euros para Cáritas. “Esta vez está más bonita porque está más grande”, comenta Carmen, otra adulta repetidora que asegura como “a los niños les llama la atención que se muevan todos los vagones y el pitido de los trenes”.
La exhibición además es histórica. Desde los trenes a vapor hasta el más moderno AVE. Un viaje por el pasado que plasma la evolución de este transporte también en su paisaje real ya que se puede reconocer desde el apeadero de Renfe en Portugalete en los años 80 hasta la estación de Cuenca, la última construcción realizada. Un arduo trabajo que para el equipo de Agrunorte ha supuesto muchas horas “incluso años”, expone su presidente.
La exposición integra también una muestra de faroles históricos y una taquilla con indumentaria de los maquinistas que tampoco deja indiferente a nadie sobre todo a los coleccionistas como Ignacio que con 67 años admite llevar casi 50 recopilando trenes. “De pequeño me los compraban y de ahí esta adicción”, concluye.