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Enumeración de recortes de prensa que mencionan a la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Bilbao

jueves, 19 de noviembre de 2015

El Correo: El funicular de Artxanda se viste de fiesta el domingo

http://www.elcorreo.com/bizkaia/201511/19/funicular-artxanda-viste-fiesta-20151119000930.html 

Un circuito de trenes, concursos de fotografía, pintura rápida y romería. Este próximo domingo, el Ayuntamiento y la Plataforma de Vecinos de Artxanda celebrarán una jornada con actividades lúdicas y culturales, dentro de los actos programados del centenario del ‘funi’. El evento transcurrirá en un ambiente festivo, amenizado por los grupos culturales de Castaños y Uribarri; que programaron una romería en la pista de patinaje contigua a la estación superior durante la tarde.
El circuito de pequeños trenes, con capacidad para transportar a personas, es una aportación de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Bilbao. Su ubicación dependerá de las condiciones meteorológicas, puesto que se necesita un suelo seco para que los vagones funcionen bien. Si el tiempo acompaña, el circuito estará en la Plaza del Funicular, pero si llueve, la alternativa será instalarlo en la pista de patinaje. En cualquiera de los casos, estará abierto al público entre las 10.30 y las 14.00 horas. También se celebrará el I Concurso de Fotografía cuyo tema será ‘El funicular y su entorno’.
 

jueves, 10 de septiembre de 2015

El Nervión: Coches de película e históricos y un camión Gigante en Bilbao

http://www.elnervion.com/wp-content/uploads/2015/09/elnerviondehoy10-09-15.pdf

(página 16)


sábado, 30 de mayo de 2015

El Correo: Autobús hacia el cielo


Jon Uriarte

Hay un refrán que dice "Quien evita la tentación, evita el pecado". Pero me gusta pecar. Y no soy el único. Somos tantos pecadores, como aficionados tiene el Athletic. Por eso estamos viviendo días de chistes, apuestas y fanfarronadas athleticzales. Aunque luego haya que pagar penitencia. Por eso un servidor debería hablarles hoy de amapolas antes que de recibimientos, por aquello de no tentar al destino. Pero no escarmiento. No es que olvide que no hay que vender la piel antes de matar al oso. Eso está presente. Pero el Athletic, hay que reconocerlo, lleva pecado contagioso.
No es el Club más cómodo para subir si quieres llegar a un destino concreto en un tiempo definido. Pero te da otras cosas. Viene a ser como el azulito. Algo que entienden bien Jon Sánchez y sus compañeros de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Bilbao. Por eso, hace unos días, aparcaron su azulito frente al Ayuntamiento. Para explicarle al pequeño autobús que es tiempo de volver, que 31 años no es nada y que la última parada será ese balcón. El que tiene vistas a la ría, a la historia y a la gloria. Y por eso sacaron la foto. Un azulito esperando gabarra.
El azulito era un vehículo pequeño que peleaba contra los gigantes. Autobuses inmensos que le superaban en tecnología y llevaban más gasolina. Y, precisamente, eso es el Athletic. Pudimos ser autobús enorme. Pero preferimos, hace un siglo largo, convertirnos en un pequeño, cercano y diferente transporte. Porque sabíamos que eso no nos impediría entrar en la leyenda. Para entenderlo, lo mejor es subirse al otro azulito. Al de la foto. Si vivieron los años de su reinado recordarán que paraba donde le decías. Así que vamos a detenernos en la calle melancolía.
Esta noche jugamos contra los dos equipos más potentes del mundo. El FC Barcelona y el Messi FC. Y encima en su casa. Pero aún así hemos engalanado los balcones de nuestra tierra más que ninguna otra afición. Además ya sabemos lo que son las gestas. Sucedió en los 80 y contra un tal Maradona. Las comparaciones son odiosas. Pero se logró. Igual que décadas antes frente al Madrid de Di Stéfano. Y eso demuestra que el fútbol no es una ciencia exacta. "¿Qué porcentaje de posibilidades le dan al Athletic?", preguntaban ayer algunos medios. De hecho siguen hoy con la misma cantinela. Como si el fútbol fuera una cuestión matemática. De ser así no existirían las quinielas. Además, esa misma persona que no cree en nuestras posibilidades, luego juega a los Euromillones. Lo que confirma que no son los números sino la ilusión lo que de verdad enciende la fe. Ahora deberíamos parar, pero esta calle no me gusta. Es la Avenida de los amargados.
"Ya está el Uriarte con la matraca de lo que fuimos", apuntará algún triste expansivo de esos que da igual de lo que hables, porque siempre les parece mal. Sobre todo, y en este caso, ese anti-Athletic, que descarga su ira contra algo que ni entiende ni le necesita. Todos conocemos a tontos de baba que se alegran más de nuestras derrotas que de sus victorias. Abundan en los foros. Si hoy ganamos desaparecerán o se meterán en páginas porno para pasar el sábado con la única compañía que pueden lograr. Pero por aquí no aparecerán. En cambio, si esta vez tampoco levantamos la copa segregarán su bilis. Son lo que viene llamándose 'gente tóxica'. Como no tienen remedio, seguiremos ruta. De hecho, tampoco pararemos en la siguiente calle. Porque es la de los sibilinos.
Asco. No encuentro otra palabra para definir a quienes buscan calentar una cita como esta. Hasta a mi amama que ha cumplido 100 años y vive feliz, a caballo entre su mundo y el nuestro, le han preguntado por el himno y los pitos. Curioso detalle ya que, aunque apunta a ello, todavía no ha tenido lugar. Pero cuando el diablo se aburre su rabo mata moscas y lo que se ponga por delante. Como este asunto me provoca arcada seca, vamos a seguir hasta la siguiente parada. La que se llama Lealtad.
Desde la Federación Española cuentan que, hace tres semanas, ya habían recibido 106.000 peticiones de entradas por parte de los aficionados del Athletic. Lo que confirma que lo nuestro trasciende a la lógica. Viene a ser como la familia que acompaña al hijo al examen, pese a que parece difícil que logre sacar la oposición. Tecleo estás líneas desde Madrid y cuando las lean estaré en Barcelona con la camiseta y la entrada que me tocó y pagué. Hay cosas que son sagradas. Y una Final con el Athletic es una de ellas. Merece aplauso la decisión del Athletic respecto a los que quisieron hacer negocio con las entradas. Más allá de que es delito, supone no entender lo que significa ser de este equipo. Conste que alguno por ahí no lo entiende. Pero sigamos, que queda otra parada. Y es la más importante: La calle de la Alegría.
Recuerden que el azulito paraba en el lugar y el momento menos esperado. Puede que sea hoy. O puede que no. Pero eso nunca nos quitará la ilusión de subir al autobús de los viejos principios y las nuevas ilusiones. A veces el viaje merece la pena más allá del destino final. Y si no es esta vez será otro año. Porque si hay un autobús que nunca dejará de rodar es el Athletic Club. No es azul, sino rojo y blanco. Pero sigue siendo un David que no quiso ser Goliat para buscar atajos. Llegar de cualquier forma no es llegar del todo. Y ese balcón lo sabe. Por eso sigue esperando, vestido en su honor, de rojo y blanco. Porque las cosas buenas se hacen de rogar. Pero las extraordinarias, llegan y paran cuando menos te lo esperas.
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