Espacio suficiente, instalaciones a cubierto y bajo llave e incluso medios técnicos para certificar la idoneidad de un tren antiguo para usos turísticos. Todo esto que tiene el museo ferroviario de Monforte les falta a no pocas asociaciones de aficionados con material rodante a su cargo. Como la de Bilbao, que ayer dejó en Monforte un automotor construido en los años sesenta. En la capital vizcaína ardió el mes pasado un TER 9136 propiedad de la fundación de los ferrocarriles españoles. La falta de vigilancia y de instalaciones apropiadas hacía temer que al automotor pudiese pasarle lo mismo.
Media docena de directivos de la asociación de amigos
del ferrocarril de Bilbao viajaron este fin de semana a Monforte para
supervisar la entrega. La operación de traslado del tren por vía férrea
duró catorce horas y fue coordinada por el Centro de Estudios Históricos
del Ferrocarril, la asociación bilbaína y el museo de Monforte.
El tren continúa perteneciendo a la asociación de
amigos del ferrocarril de Bilbao y los responsables del museo
monfortino se comprometen a mantenerlo «en estado de marcha» y se
propone exhibirlo con el resto de sus fondos. Lo que no será posible es
hacerlo rodar como tren turístico. El material no parece estar en mal
estado, pero la normativa actual obliga a hacer una revisión en
profundidad a cualquier vehículo al que le hayan caducado los permisos
de circulación y vaya a ser utilizado con fines turísticos. Y no se
trata de una revisión barata, porque puede costar alrededor de 90.000
euros.
Solo quedan dos
El tren depositado ayer en Monforte es un
automotor eléctrico número seis de la serie 439, fabricada en Inglaterra
para entrar en servicio en España en 1967. Permaneció activo hasta
principios de los años noventa y cubrió diferentes líneas de media
distancia en el norte de la Península. Los de fabricación inglesa son la
tercera generación de automotores españoles y a diferencia de los más
antiguos, están mejorados para que no se les arquee el bastidor del
motor. El de Bilbao y otro que hay en Zaragoza son los únicos
automotores que quedan en España.